Coronel Jefe de la Base D. Miguel Gómez de la Rosa tras ser recibido y pasar revista a las tropas formadas, se celebró una misa de campaña oficiada por el reverendo. A continuación, tras ser leído el ritual del juramento, los 210 ex soldados gritaron: «si juramos» y marcharon emocionados a besar la bandera nacional. Terminado el desfile, Don Juan Manuel Guerrero Infante en nombre de sus compañeros dirigió un discurso, del que hemos extraído este pequeño fragmento; en el que tras manifestar el amor a la patria, a su bandera y al Ejército, haciéndolo expansivo en sus familias; tuvo un recuerdo para los veteranos ausentes.
«Queremos tener un recuerdo muy especial para aquellos compañeros, que tristemente, nos dejaron para siempre, y para todos los que, por una u otra circunstancia no han podido estar presentes, pero no le quepa duda, mi general, que particularmente hoy, sentimos su presencia entre nosotros, y que allá donde se encuentren sabedores de este acto, participarán de él a nuestra par»
Finalizada la alocución se entregó un cuadro conmemorativo de la renovación de la jura al jefe de la Base, que recogió el teniente coronel Lobato en su nombre. Fueron también obsequiados con una placa: los coroneles Ángel Romero Cambrón y Moreno Quesada; el comandante Jesús Serrano y el subteniente José Camacho Montenegro.
Tras el agradecimiento por parte de los mandos a los agasajos recibidos y a la presencia entusiasta, honrosa y de tan altos y loables sentimientos patrióticos de los veteranos; se procedió al toque de oración en recuerdo de los caídos, depositando una corona flores al pie del altar y dando lectura a la siguiente oración:
«Dios, creador del mundo y Padre de los hombres, acoge en tú gloria a quienes generosamente supieron ofrecerte la vida.
Con nuestra promesa aquí queremos reafirmar nuestra promesa de lealtad en el cumplimiento del deber.
Haz de nosotros veladores de la paz, defensores de la Patria y ejemplo del honor, da amor a los hombres, paz a los pueblos y descanso eterno a quienes te ofrendaron sus vidas. A ti, Virgen de Loreto, Madre y patrona nuestra, suplicamos que nos ilumines en nuestras decisiones y que infundas amor, generosidad y coraje en nuestros corazones para un mejor servicio a Dios y a España.»
Después de la ofrenda, la escuadrilla de honores desfiló. Por último se procedió a un gran almuerzo, acto de confraternidad entre jefes, oficiales, veteranos y sus familias.