Escuela de Especialistas de Málaga
Autor: José Parejo Linares, Mecánico de la 19ª Promoción de la Escuela de Especialistas. Publicado en la Revista «Aeroplano» N.º 24
año 2006
Introducción
La Primera Escuela de Especialistas que se creó en España, fue la Escuela de Mecánicos de Aviación de Cuatro Vientos, que poco a poco se fue ampliando a las Especialidades aeronaúticaas de Montadores, Radios, Armeros y Fotógrafos.
El 14 de Abril de 1913 se publicó el
Escuela de Especialistas de Málaga
Autor: José Parejo Linares, Mecánico de la 19ª Promoción de la Escuela de Especialistas. Publicado en la Revista «Aeroplano» nº 24. Año 2006
Introducción
La primera Escuela de Especialistas que se creó en España fue la Escuela de Mecánicos de Aviación de Cuatro Vientos, que poco a poco se fue ampliando a las Especialidades aeronáuticas de Montadores, Radios, Armeros y Fotógrafos.
El 14 de Abril de 1913 se publicó el «Reglamento del Servicio de Aeronáutica» en el que se contempla, entre otras, la especialidad de Mecánico de Aviación que «(…) deberán conocer los motores de aviación, o ser automovilista o motociclista.». El artículo 46 dispone la creación de una escuela para su formación, donde «(…) los aspirantes a mecánicos, cuando, a juicio de Jefe de Aviación, asesorado por los profesores, hayan demostrado su completa instrucción serán dados de altas como tales mecánicos gozando de una gratificación extraordinaria (…)».
En 1915 fue creada la Escuela de Mecánicos y en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra (D.O.) N.º 185 de 22 de agosto del mismo año fue convocada la que sería la primera Promoción de mecánicos que recibió la titulación el 25 de febrero de 1916. Como no existía Cuerpo de Mecánicos, estos al terminar su compromiso de cuatro años, como soldados mecánicos, se licenciaban o regresaban al Cuerpo de procedencia. En 1922 se publica el primer «Reglamento de mecánicos de aviación» por el cual se profesionalizan y podían ascender hasta cabo y sargento pero todavía no llegan a formar un Cuerpo independiente.
Por fin, el 18 de julio de 1926 (D.O. N.º 159) se crea el Cuerpo de Mecánicos, con escalilla independiente, pudiendo alcanzar hasta la categoría de Alférez.
De esta escuela salieron hasta quince promociones de las que formaron parte los mecánicos de los grandes vuelos de la aviación española: Pablo Rada del Plus Ultra, Arozamena, Calvo y Pérez del vuelo a Manila y Madariaga, Quesada y Naranjo del vuelo a Guinea.
La 15ª Promoción, la última, terminó sus estudios en 1932, la Escuela continuó abierta impartiendo cursos especiales de un mes para pilotos con el fin de que adquirieran conocimientos de mecánica y cursos de ascenso para mecánicos, montadores, radios y armeros.
Al mismo tiempo la Escuela trató de ponerse al día, para ello el Jefe de Instrucción del Arma de Aviación envió al Jefe de la Escuela, capitán Arranz Monasterio, a Francia e Italia para visitar sus respectivas Escuelas de Especialistas.
En Italia visitó la Escuela de Capua y en Francia la Elemental de Rochefort y la Superior de Versalles. A su regreso elaboró un amplio informe que envió a diferentes organismos relacionados con el tema, cada uno de ellos redactó su particular informe y reunidos con el capitán Arranz enviaron una propuesta al Jefe del Arma de Aviación, el 26 de octubre de 1935, proponiendo la creación de una Escuela de Especialistas con las siguientes especialidades: Mecánicos de motor y avión, Electricistas, Aparatistas de transmisiones, Automovilistas, Radiotelegrafistas, Radio-Aerólogos, Armeros y Fotógrafos. Se pronunciaron por el procedimiento seguido en Italia con pequeñas modificaciones.
Con todas estas innovaciones se pensaba convocar la 16ª Promoción para el Curso 1936-37, pero la Guerra Civil hizo imposible la puesta en marcha de este proyecto que, como veremos más adelante, fue tenido en cuenta para la creación de la Escuela de Especialistas de Málaga.
Cuando estalló la Guerra Civil hacía cuatro años que no salían especialistas de la Escuela, ambos bandos sintieron la urgente necesidad de personal especializado y crearon sendas escuelas: los republicanos en octubre de 1936 en Godella (Valencia) y los sublevados en febrero de 1937 en Tetuán (Marruecos).
A primeros de enero de 1936 había unos 600 mecánicos: 1 Maestro-Alférez, 24 Suboficiales, 76 Sargentos y el resto Cabos, de ellos aproximadamente 350 permanecieron con la república y 250 con los sublevados. En la Gaceta de la República nº 81 (22-3-37) «(…) causan baja definitiva en el arma de Aviación, sin opción a derechos pasivos y sin perjuicio de lo que en su día resulte de la información que se instruya los Mecánicos que figuran en la siguiente relación (…)», en la relación aparecen 1 Alférez, 6 Suboficiales, 21 Sargentos y 177 Cabos, son los que, en principio, se sumaron a los sublevados.
En el Boletín Oficial del Estado (B.O.E.) N.º 115 de fecha 12 de febrero de 1937 aparece la Orden siguiente: «Por resolución de S.E. el Generalísimo de los Ejércitos Nacionales, y con objeto de capacitar especialistas (mecánicos, radiotelegrafistas, armeros, etc.) para Aviación, se crea la Escuela de Especialistas de Aviación, dando comienzo en el plazo más breve los cursos de las distintas especialidades. Burgos 10 de febrero de 1937». La mencionada Orden dice que se crea la Escuela pero no dice donde, teniendo en cuenta que Málaga fue conquistada unos días antes, es posible que desde un principio se pensara en Málaga para su ubicación.
En el B.O.E. nº 250 de fecha 27-6-1937 se hace la primera convocatoria, los aspirantes harán un examen en Tablada (Sevilla) y los aprobados pasaran a Tetuán donde realizaran un curso de tres meses. En esta primera convocatoria se aclara que: «El personal especialista del Arma de Aviación, comprenderá los grupos siguientes: Mecánicos, Armeros, Radiotelegrafistas, Conductores, Auxiliares de Información, Meteorologistas y algún otro que las circunstancias aconsejen», pero…»(…) de momento la Escuela de Especialistas, sólo atenderá a los Grupos de Ayudantes de mecánicos, de Radiotelegrafistas, de Armeros y Conductores,(…) como las tandas de aspirantes serán llamadas sucesivamente, el plazo de admisión de instancias es indefinido».
De esta primera convocatoria tenemos registradas en el B.O.E. la presentación en Tablada, entre el 17-7-37 y 15-1-38, de siete tandas con un total de cerca de 1000 aspirantes con los que se completaron los cuatro cursos de Tetuán.
Las necesidades de Especialistas eran tan graves que al mismo tiempo en el B.O.E. N.º 409 de 3-12-37 se hace una convocatoria de 1.100 plazas de: Motoristas (800), Radios (200), Armeros (700) y Montadores (500) que serían seleccionados en los talleres de Aviación durante un mes y formados directamente en las Unidades mediante un cursillo de tres meses, incluso se llegó a aumentar la edad de ingreso a cuarenta años, en vez de los veintidós de la convocatoria anterior. El carácter especial de esta convocatoria se observa en la duración del compromiso adquirido sólo «por la duración de la campaña a cuya terminación serán licenciados».
Escuela de Especialistas de Málaga (1)
El 6 de enero de 1938 el comandante Iglesias Brage es comisionad para que se traslade a Málaga, con el fin de buscar locales para la instalación de la Escuela de Especialistas.
Un mes más tarde, el 9 de febrero, coincidiendo con el primer aniversario de la toma de Málaga se inaugura en el aeródromo de El Rompedizo la Escuela de Tripulantes y Observadores con asistencia de numerosas autoridades civiles y militares presididas por el Gobernador Civil Sr. Alted, General Queipo de Llano y Obispo de la diócesis D. Balbino Santos Olivera.
Las autoridades aéreas aprovechan este acto para solicitar a las civiles los locales, elegidos por el comandante Iglesias, y ayudas para el establecimiento en Málaga de la Escuela de Especialistas de Aviación, estas acogieron con mucha ilusión la petición e inmediatamente se pusieron manos a la obra. Recordemos que la Escuela de Especialistas fue creada por resolución de S.E. el Generalísimo publicada en el B.O.E. N.º 115 de fecha 12 de febrero de 1937 e instalada provisionalmente en Tetuán.
En principio se nombra Jefe de Campo y Jefe de las Escuelas de Observadores y Especialistas al comandante D. Francisco Iglesias Brage, ingeniero, piloto y observador con gran experiencia. Procedente de la Academia Militar de Ingenieros de Guadalajara, se hizo observador en 1925 y piloto en 1926 participando en la campaña de Marruecos. Junto con el capitán Jiménez participó en varios vuelos de larga duración siendo el más importante el de Sevilla a Bahía (44 horas) con el «Jesús del Gran Poder», continuaron por diversas capitales hispanoamericanas hasta La Habana.
Fue comisionado por la Sociedad de Naciones, en 1933 y durante más de un año, para mediar en el conflicto entre Perú y Colombia por el territorio amazónico de Leticia, misión que aprovechó para explorar la cuenca del Amazonas en hidroavión, reuniendo una gran colección de plumario, objetos etnográficos e incluso animales para el zoológico de Madrid. Proyectó continuar este estudio con una expedición fluvial en el barco hidrográfico «Ártabro», se construyó el barco, se creó un Patronato y se acordó iniciar la expedición el 12 de octubre de 1935, fiesta de la Raza, pero «(…) por dificultades surgidas entre el Patronato de la Expedición y la Presidencia del Consejo, al respecto del pago de los sueldos, haberes y gratificaciones que el personal expedicionario debía recibir» la expedición fue retrasada y definitivamente suspendida.
Al término de la contienda civil fue nombrado Secretario General Técnico del recién creado Ministerio del Aire y alumno de la Escuela Militar de Ingenieros Aeronáuticos donde terminó sus estudios un año más tarde, no obstante continuó de Jefe de la Escuela de Especialistas hasta finales de 1941.
Desde el cese del comandante Iglesias como Jefe de la Escuela (BOA N.º 1- 42) hasta el nombramiento del teniente coronel Vara de Rey (BOA N.º 82 ? 44) ejerció este último como Jefe accidental, excepto el año anterior a su nombramiento oficial en que aparece como Jefe de la Escuela, en varios documentos, el coronel de la escala de vuelo Andrés Grima Álvarez.
Los alumnos se dividieron en dos Unidades, la 1ª de mecánicos y montadores y la 2ª de radios y armeros, una de ellas estaba mandada por el capitán D. Joaquín Martínez Vara de Rey que después sería nombrado, sucesivamente, Jefe del Batallón de Alumnos, Jefe de estudios, Jefe accidental de la Escuela, dadas las múltiples ocupaciones del comandante Iglesias, y por último Jefe de la Escuela desde 8-7-44 hasta su traslado a León.
Según el Acta Capitular de la reunión del Ayuntamiento de fecha 25-2-38 se acordó para declaración de urgencia y por unanimidad: «(…) la siguiente moción de la Alcaldía: La gran conveniencia que para esta ciudad tendrá el establecimiento en ella de una Escuela de Técnicos Especialistas de Aviación, no es necesario razonarla, si se tiene en cuenta que ello implica la permanencia de 600 alumnos más el correspondiente profesorado y el necesario personal subalterno. Para ello es indispensable ofrecer al Ramo de Guerra un local adecuado, difícilmente podría encontrarse ninguno que superara al edificio que en la actualidad se está terminando de construir por la Asociación de Empleados y Obreros Ferroviarios en la calle Cuarteles en el solar en que se encontraba el antiguo Matadero, y para disponer de tal edificio se hace preciso, por de pronto, tomarlo en arrendamiento por un año en precio de 16.250 pesetas, seguidamente contratar por cuatro años más prorrogables y obtener promesa de venta a favor de la Corporación de dicho inmueble». En la siguiente reunión del Consistorio se acordó el arrendamiento del citado local por cinco años a 16.250 pesetas anuales y en caso de continuar un sexto año el alquiler será de 20.000 pesetas.
El barrio, El Perchel, donde se ubicaron todas las diseminadas instalaciones de la Escuela, debe su nombre a que en esta zona, cercana al mar, se colgaba y secaba el pescado en una especie de perchas desde la época de los Reyes Católico. Cuando éstos conquistaron Málaga, el 19-8-1487, e hicieron los Repartimientos, destinaron «(…) la zona, situada a la derecha de la desembocadura del Guadalmedina y a las afueras de la ciudad para la instalación de percheles y casas donde determinaron se hiciesen las anchoas, sitio que se determinó para quitar de la ciudad el hedor que causan estos pescados. A cada perchel se le dio un largo de 18 varas y se dio licencia a los vecinos para edificar 39 casas para hacer anchoas (…)». Desde entonces este barrio marinero y castizo fue protagonista de numerosas novelas de literatura costumbrista.
A mediados del siglo XIX, Málaga llegó a ser la segunda ciudad industrial de España con ferrerías, textiles, químicas, vinos, frutos secos, etc. La mayoría de sus factorías se instalaron en esta popular barriada, el río dividía la ciudad en dos zonas: la derecha industrial y proletaria y la izquierda comercial y burguesa, cuando se instaló la Escuela la mayoría de las fábricas habían cerrado o estaban en plena crisis y muchas de sus instalaciones fueron adaptadas a dependencias de la Escuela.
Los Talleres fueron instalados en las naves de envasados de la antigua Casa Bevan que fundada en el siglo XIX se dedicaba a la exportación de frutos secos: pasas, higos y almendras hasta los años cincuenta que entra en crisis con la llegada de las pasas de California. A continuación de los talleres se encontraba «La Industria Malagueña», propiedad de los Larios, la principal industria textil de la ciudad que permaneció abierta hasta 1970 y el ya abandonado complejo siderúrgico de «La Constancia» que junto con las demás ferrerías de Manuel Heredia producía el 72 % del arrabio nacional, llegó a contar con tres altos hornos, veinticuatro hornos de afino, varios hornos para recalentado de hierro y otros metales, cuatro máquinas de vapor y talleres de laminado.
Los alumnos fueron alojados durante una temporada en el cuartel de la Aurora, donde anteriormente se encontraba la industria textil del mismo nombre. Los dormitorios estaban entre las calles Salitre y San Andrés frente a las chimeneas, aún queda una, de las fábricas de aceite y jabón de los Larios.
En las playas de San Andrés, donde estaban los bancos de pruebas y talleres de forja en naves de antiguas fundiciones, se bañaban los alumnos y estaban plagadas de enormes chimeneas, algunas aún continúan de pie, que los alumnos llamaban «los ejes del mundo», esta playa es muy famosa porque en ella fueron fusilados el general liberal Torrijos y sus 50 compañeros en 1831 por el gobierno absolutista de Fernando VII, todavía permanece un monolito en su recuerdo.
Toda la barriada, calles Salitre, Cuarteles, del Carmen, Arroyo del Cuarto, Recinto de la Aurora, eran el escenario de la instrucción diaria. Al amanecer, el barrio de El Perchel se llenaba de alumnos que iban de una a otra dependencia y se oían los ecos de las pisadas recias y firmes sobre el empedrado, también las voces de mando de los instructores y los golpes de las manos sobre las culatas de madera de los fusiles.
En este industrial y popular barrio empezó su andadura la Escuela de Especialistas. Inmediatamente comenzaron las obras de adaptación del edificio alquilado por el Ayuntamiento en la calle Cuarteles N.º 57 y el 11 de marzo de 1938 dio comienzo el primer curso con 429 alumnos (151 mecánicos, 102 montadores, 85 armeros y 91 radios), el examen de ingreso lo habían realizado en Tablada en cuatro tandas sucesivas. Como las instalaciones de calle Cuarteles aún no habían terminado las obras de adaptación, los alumnos fueron alojados, provisionalmente, en el Campamento Benítez y en el Cuartel de la Aurora hasta el 8 de abril que se trasladaron a las nuevas instalaciones. Estos días los dedicaron a la instrucción teórica y táctica sin armas.
El día 9 de abril se iniciaron las clases técnicas profesionales, en las nuevas instalaciones, y desde el día 20 la instrucción táctica se hace con fusiles italianos, no se había iniciado antes por carecer de armas. El día 26 con ocasión del homenaje de Falange Española a la Aviación Militar, los alumnos de la Escuela desfilaron por primera vez en público siendo felicitados por el Gobernador Militar de la Plaza. La instrucción de tiro no pudo iniciarse hasta el mes de junio por no disponer de municiones para el fusil italiano, después los cambiaron por unos rusos para los que se contaba con abundante cartuchería.
El comandante Iglesias era el Jefe Militar, Director general de los Cursos fue nombrado el coronel italiano D. Raniero Spada (profesor de electrotecnia) más conocido como coronel Sabatuchi y Jefe de Estudios el teniente coronel, también italiano, Fortunati (profesor de armamento), cada Especialidad tenía un Director de Curso que era español, la mayoría de los instructores eran italianos, había un pequeño grupo de instructores españoles que habían llegado de la base aérea de Getafe. La enseñanza estaba totalmente dirigida por los italianos, esto produjo cierto malestar ya que no dejaban intervenir absolutamente nada al personal español en los asuntos académicos. El comandante Iglesias pidió en numerosas ocasiones la sustitución de los italianos, estos formaban parte del Cuerpo de Tropas Voluntarias (CTV) que los españoles traducían por ¿Cuándo Te Vas?.
Otra de las quejas del comandante Iglesias, era que para las prácticas los italianos solo habían aportado material de esa procedencia: Romeo RO.37, Fiat CR.32 y BR.20, Caproni 133 y 134, Savoia S.79 y 81, etc. y sin embargo no disponían de otro tipo de material en servicio en nuestras Unidades Aéreas como los alemanes, al que llamaban «material negrillo», Junkers 22 y Heinkel 51, 45, 46 y 70.
Entre los profesores españoles, que llegaron de Getafe y los que vinieron a la marcha de los italianos, fueron famosos el capitán Delgado, Director del Curso de mecánicos y profesor de matemáticas y física que más tarde sería Director General de Iberia, el capitán Bermúdez de Castro al que apodaban «el trilita», el teniente Alfredo Fernández, famoso galán de cine en los años cincuenta conocido como «Alfredo Mayo», protagonizó películas como «Raza», «Botón de Anclas», «A mi la Legión» y muchas más, hasta cerca de cien.
No había libros, los italianos redactaban diariamente la lección del día siguiente que una traductora, sin conocimientos técnicos, traducía al español y entregaban a los alumnos al comenzar la clase que también era en italiano. Para el curso siguiente los apuntes fueron corregidos e incluso se incluyeron algunos esquemas y figuras, estos eran muy extensos, estaban redactados para un curso de nueve meses como en Italia, al hacerlo en cinco apenas les quedaba tiempo para las clases prácticas, a pesar del apretado horario siguientes
DÍAS LABORABLES SABADOS: POR LAS MAÑANAS HORARIOS LABORALES Diana ——————————————– a las 5:00 horas Educación Moral ————————- de 16:15 a 17:00 horas
Aseo personal —————————– de 5:00 a 5:45 horas Revista e inspección de compañía —— de 17:00 a 18:00 horas
Lista de Diana —————————– de 5:45 a 6:00 horas Baño de mar o ducha (voluntario) —— de 18:15 a 19:00 horas
Desayuno ——————————— de 6:00 a 6:30 horas Paseo ———————————— de 19:15 a 21:30 horas
Instrucción militar ————————- de 6:30 a 7:30 horas Segunda comida ———————— de 21:45 a 22:45 horas
Clases y practica profesional ————- de 7:45 a 14:00 horas Retreta —————————————— a las 22:45 horas
Primera comida —————————de 14:15 a 15:15 horas Silencio —————————————– a las 23:00 horas
Descanso o siesta en verano ———— de 15:15 a 17:30 horas
Baño de mar o ducha ——————– de 18:00 a 19:00 horas
Estudio ———————————– de 19:30 a 20:30 horas
Segunda comida ————————- de 21:30 a 22:00 horas
Retreta —————————————— a las 22:45 horas
Silencio —————————————– a las 23:00 horas
Los domingos se levantaban dos horas más tarde y después de Misa se podían ir de paseo hasta la hora de Silencio.
Este horario, con algunas modificaciones en verano, se mantuvo durante los cinco primero cursos que fueron muy intensivos, de cinco a ocho meses de duración; cuando los cursos pasaron a ser de dos años el horario cambió y se levantaban una hora más tarde y se acostaban una hora antes.
Las conferencias de Educación Moral eran impartidas por ilustres personajes como el Padre Granero, jesuita del Colegio del Palo, que dio varias conferencias sobre la doctrina social de la Iglesia o Fray Justo Pérez de Urbel, del Monasterio de Silos, que habló sobre la España de los Reyes Católicos.
En cuanto a los premios y medidas disciplinarias, el comportamiento militar se solía premiar con permiso para poder llegar más tarde los sábados y domingos o castigar las faltas leves con la privación del paseo dichos días festivos, si la falta era más grave «el castigo reglamentario de calabozo, aunque esto se procura no imponerlo, siendo preferible para el alumno indisciplinado la baja definitiva en la Escuela». El comportamiento académico se solía premiar con 5 pesetas las notas superiores a 7 puntos y penalizar con la misma cantidad las inferiores a 5 puntos, también había un premio extraordinario de 25 pesetas, de los beneficios obtenidos en el bar de la Escuela, para el alumno más distinguido en cada semana.
Del primer curso fueron expulsados cuatro alumnos por «falta de espíritu militar» y treinta por «incapacidad para el estudio», en los cursos siguientes también hubo expulsados por los mismos motivos e incluso por «actividades políticas» en este caso se solía hacer de forma más ejemplarizante formando a todos los alumnos y leyendo la orden y el motivo de expulsión.
Desde los primeros días los alumnos fueron conocidos como los «gurripatos» que es una deformación de la palabra «gurripato», según el diccionario es la cría del gorrión antes de salir del nido. Como los alumnos estaban tan ocupados que apenas salían a la calle solían asomarse a la terraza con lo que desde abajo sólo se les veía la cabeza, dando lugar a que los malagueños, con su buen humor y graciosa ocurrencia, comenzaran a decir «Mira niño, parece un nido de gurripatos asomando la cabeza», cuando la Escuela se trasladó a León se le siguió llamando «gurripatos» a los soldados de aviación destinados en Málaga.
Este primer curso duró seis meses, hasta el 15 de septiembre que terminaron 379 alumnos de los 429 que habían ingresado, el día 18 en El Rompedizo se celebró un solemne acto con Jura de Bandera y entrega de títulos. Era tal la necesidad de especialistas, que antes de que terminara el curso, a 1º de agosto, salieron 8 mecánicos, 4 radios y 4 armeros reclamados urgentemente por diferentes unidades.
Los primeros cursos vestían el uniforme azul del Cuerpo de Ingenieros, llevando en el brazo izquierdo una chapa ovalada con fondo azul en la que se veía el emblema de aviación con dos «EE» superpuestas en el circulo rojo, esta chapa fue confeccionada por la famosa litografía malagueña «Lapeira» cuyos talleres se encontraban muy cerca de la Escuela. Después de la creación del Ejército del Aire, en agosto de 1939, se adoptó el color gris típico de la aviación.
El Ayuntamiento de Málaga sigue de cerca, con el máximo interés, la puesta en marcha de la Escuela. En el mes de abril le regala una Bandera y le ofrece las dos naves de la Casa Bevan para el establecimiento de sus talleres, cargando con las 1.500 Ptas. de los alquileres mensuales. Al mismo tiempo terminaron las obras de adaptación del edificio principal de calle Cuarteles que costaron a las arcas municipales un total de 92.945,87 Ptas., se acordó pavimentar la calle Ayala en el trozo comprendido entre la Casa Bevan y la Industria Malagueña, es decir donde estaban situados los Talleres de la Escuela y el Ayuntamiento acuerda: «Elevar a escritura pública el contrato celebrado con la Asociación de Empleados y Obreros de Ferroviarios sobre el arrendamiento y promesa de venta del edificio ocupado por la Escuela de Especialistas en la calle Cuarteles».
Para el curso siguiente se pensaba incluir dos nuevas especialidades (fotógrafos y electricistas) lo que daría lugar a un total de 650 alumnos que junto a la 4ª Unidad, personal de ordenanzas y servicios, serían más de 700 hombres los que debían alojarse en la Escuela.
En vista de ello el comandante Iglesias, en un informe de fecha 1º de agosto de 1938, propone dos soluciones para la reorganización y ampliación de la Escuela: la primera consiste en transformar en dormitorios las aulas existentes en el actual edificio y ampliación de los comedores cocina y patio de armas agregando, a la Escuela un patio y dos locales adyacentes a la misma cuya adquisición tendría que ser hecha por el Ayuntamiento; las aulas y los talleres se llevarían al Cuartel de la Aurora previa reconstrucción y adaptación. La segunda consiste en adaptar los edificios de la Fábrica de Tabacos que sólo son empleados exclusivamente como almacenes para la fermentación del tabaco; se podrían adaptar perfectamente a todas las necesidades de alojamiento, talleres, laboratorios y salas de estudio, incluso el terreno contiguo a los edificios se puede utilizar para instrucción militar y campo de deportes.
El coste de la primera solución sería 895.018,92 Ptas. y los trabajos durarían cuatro meses. La segunda solución costaría 1.415.580 Ptas. y estaría listo en dos meses, en ambos proyectos se cuenta con la contribución económica del Ayuntamiento de Málaga. El comandante Iglesias es partidario de la segunda solución que «supondría una Escuela magníficamente montada como solución de futuro si la Jefatura del Aire se decidiese a instalarla definitivamente en Málaga».
Con todos estos proyectos en estudio, se inicia el 1º de octubre el 2º Curso con 150 mecánicos, 100 montadores, 100 armeros y 100 radios, también duró seis meses, hasta finales de marzo de 1939. Inmediatamente empieza el 3º Curso que finalizó en el mes de septiembre con un emotivo acto celebrado en El Rompedizo con Jura de Bandera, desfile de profesores, alumnos y de la centuria García Morato de Flechas del Aire y finalmente la entrega de Diplomas a los alumnos del curso. Estos actos fueron presididos por el Infante D. Alfonso de Orleáns coronel jefe de la Región Aérea del Sur al que acompañaron las autoridades civiles y militares de Málaga.
Durante la estancia de este Curso se celebró en Málaga un acto muy emotivo, la llegada, el día 6 de abril de 1939, del cadáver del Laureado aviador comandante García Morato muerto en accidente aéreo dos días antes en Griñón. La capilla ardiente fue instalada en el Salón de Actos del Ayuntamiento y le dieron guardia de honor durante toda la noche alumnos de la Escuela, que al día siguiente con Escuadra de Gastadores y Banda de Cornetas y Tambores acompañaron los restos mortales hasta el cementerio de San Miguel donde recibieron cristiana sepultura: El Jefe de la Escuela, comandante Iglesias, pronunció unas sentidas y emocionantes palabras de exaltación de las virtudes castrenses y humanas del comandante García Morato, que terminaron así: «Guardaremos en nuestros corazones tu propio corazón y tu recuerdo vivo y luminoso».
Al terminar el 3º Curso, la Dirección de la Escuela comunica a la Superioridad que se pueden marchar los instructores italianos ya que hay españoles preparados para ejercer dichas funciones. La propuesta fue aceptada, los italianos fueron despedidos en un brillante acto presidido por el Ministro y salieron para Barcelona el 22-9-39 donde embarcaron para Italia los 54 profesores: l coronel, 1 comandante, 5 capitanes, 3 tenientes, 13 alféreces, 7 brigadas, 4 sargentos y 20 cabos.
Durante la permanencia de los italianos en la Escuela, muchas dependencias eran presididas por las fotos de Franco y Mussolini, las fotos del «Duce» llevaban el lema «La vida es milicia», alguien escribió debajo «La milicia es mandanga» tras la correspondiente investigación y enfado de los italianos, como suele ocurrir en estos casos, no apareció el culpable. Con la marcha de los italianos las fotos de Mussolini fueron retiradas.
Al inaugurarse la Escuela, a ambos lados de la fachada principal, había sendos escudos con las flechas de la Falange, estos fueron eliminados a principio de los años cuarenta.
Cuando el comandante Iglesias, es nombrado Secretario General Técnico del Ministerio del Aire, el 10 de septiembre de 1939, es nombrado Jefe accidental de la Escuela el comandante D. Joaquín Vara de Rey.
Antes de marcharse a su nuevo destino, en vista de que ninguno de sus proyectos eran aprobados, se dirige al Ayuntamiento solicitando, que al menos durante el 4º Curso se alquilen nuevos locales para poder atender a los 530 alumnos convocados, el Ayuntamiento acordó «alquilar dos almacenes y un garaje con entrada y fachada por la calle Fernán Núñez, propiedad de Bevan S.A. cuyos locales se destinaran a la Escuela de Especialistas, en el precio anual de 9.000 pesetas, al mismo tiempo agradece a la Escuela la donación que le ha hecho de dos colecciones de libros publicados por la misma».
También se alquiló (en 1943), entre las calles Salitre y San Andrés, un nuevo edificio para los dormitorios, mucho más confortables, aquí las camas eran literas dobles mientras que en el anterior edificio eran triples. El edificio principal quedó solamente para la dirección, comedor, bar de alumnos, aulas, administración y residencia de profesores.
Todas las convocatorias que se hicieron para los cursos de Tetuán y hasta el tercero de Málaga fueron de acuerdo con los BOE?s nº 250 y 409 de 1937, es decir, al terminar el curso salían con la titulación de Ayudante de Especialista, la categoría militar de Cabo, duración del curso entre tres y seis meses y un compromiso de dos años o lo que dure la campaña, a cuyo termino serían licenciados.
Para el 4º Curso, que daría comienzo el 5 de octubre de 1939, se convocaron 530 plazas (150 motoristas, 50 montadores, 150 radios, 80 electricistas y 100 armeros) en el BOE nº 240 de 28 de agosto de 1939, con nuevas condiciones de ingreso y permanencia: Compromiso de cuatro años, duración del curso como mínimo siete meses, titulación Ayudante de Especialista, categoría militar de Cabo, después de un año de servicio como Ayudante y previo informe favorable se obtenía el título de Especialistas y a los tres años se ingresaba en la escala de Especialistas pudiendo alcanzar la categoría de Comandante.
El curso terminó a finales de junio, jurando bandera el día 3 del mes siguiente con asistencia del Infante de Orleáns y las principales autoridades malagueñas.
Además de las normales actividades académicas se formaron varios equipos deportivos que participaban en diversas competiciones malagueñas y un grupo de teatro que con motivo de la festividad de la Patrona celebró en el Teatro Cervantes una función a beneficio de «Frentes y Hospitales» y para el «Aguinaldo del Soldado», a la que asistieron todas las autoridades malagueñas y numeroso público. Según la prensa de la época se recaudaron, en toda España, más de nueve millones de pesetas con las que se financiaron «cientos de miles de cajas, cada una de las cuales contiene: una botellita de coñac, galletas, embutidos, queso, turrón, un bote de leche condensada, mantecadas, figuritas de mazapán, tabaco, papel de fumar, almanaque, sobres, lápices y devocionarios».
Para que todos los Ayudantes de Especialista, formados durante la Guerra Civil, que desearan continuar en el ejército pudieran hacerlo, una Orden de fecha 1º de septiembre de 1939 (BOE nº 249) le daba esta oportunidad: «El personal Especialista del Arma de Aviación con título de Ayudante de las Especialidades de mecánico motorista, montador, armero, radio, radio-montador y electricista obtenido durante la guerra de Nuestro Glorioso Movimiento Nacional en las Escuelas de Tetuán, Málaga o en los Parques de Aviación, tanto el que se haya licenciado voluntariamente como el que actualmente se encuentra en servicio activo en el Arma de Aviación podrá acogerse a las condiciones que para los especialistas se consignan en la Convocatoria de Especialistas del Arma en el BOE nº 240 de 28 de agosto del año actual», es decir la convocatoria del cuarto curso.
En el BOE de 15 de diciembre de 1939 aparece un Decreto por el que se establece que los Especialistas formaran una escala dentro del Cuerpo de Ingenieros Aeronáuticos. Este decreto es acogido desfavorablemente por el Jefe de Estado Mayor y encarga un estudio a D. Francisco Iglesias, D. Ángel Salas, D. Luis Azcarraga y otros que proponen escalas, independientes de los Ingenieros Aeronáuticos, para cada una de las especialidades.
La convocatoria del 5º Curso , que empezó el 15-9-40 con 550 alumnos, se hizo de acuerdo con la «Ley de 6 de mayo de 1940 (BOE nº 129) organizando los especialistas de los tres Ejércitos de Tierra, Mar y Aire» que modifica la de la convocatoria anterior: al terminar el curso ascenderán a Soldado de 1ª Ayudante de Especialista y después de un año de prácticas a Cabo Especialista.
Unos meses más tarde (24-12-40) se publica en el boletín del recién creado Ministerio del Aire (BOA nº 23) la adaptación de la Ley anterior al Ejército del Aire y días después en el BOA nº 8 de 14-1-41 la creación y clasificación de las diferentes Escalas de Especialistas.
Este Curso juró bandera con gran solemnidad el día de la Patrona, por la tarde se celebró un festival taurino y por la noche una verbena popular en la calle Salitre. Al día siguiente en los Baños del Carmen se celebró un partido de fútbol entre el equipo de Infantería y el de la Escuela formado por: Valdés, Luis, Checa, Mulero, Barrantes, Lezcano, Vazquez, Pinedo, Ormazabal, Vargas y Fortes.
El 6º Curso comenzó el 1º de octubre de 1941 con 380 alumnos, una «duración mínima de ocho meses», es decir con la misma normativa del curso anterior, pero se fue alargando y terminó en junio de 1943, por lo tanto se aplicó, en cuanto a duración, la normativa que entraría en vigor en el curso siguiente, no así la titulación que fue la de Ayudante.
También se celebró el día de la Patrona un festival taurino siendo los espadas profesores y alumnos de la Escuela: teniente Luis Torres, brigada Francisco Arístegui y cabo Alfonso de Mazas, las reses fueron de la vacada de Arias Reina y el festival fue organizado por el teniente Espinosa Aparicio y presidido por la viuda de García Morato.
En 1942 no ingresaron nuevos alumnos, pero fue convocado (BOA nº 36-42) un curso para cabos y cabos 1º de las especialidades de Montadores y Electricista para obtener el título común de Montadores-Electricistas y otro curso (BOA nº 115-42), técnico militar para el ascenso a sargento, en este primer curso todos los convocados ya eran sargentos que habían ascendido durante la Guerra Civil, en abril del año siguiente fueron llamados los cabos 1º procedentes de la Escuela de Tetuán y primeros cursos de Málaga, para realizar el curso de ascenso a sargento.
A finales de 1942 se convocan 300 plazas de Especialistas para el 7º Curso que comenzará el 5 de septiembre de 1943 con una nueva normativa (BOA nº 145/43), duración dos años, al terminar el primer año ascienden a soldado 1ª Ayudante y al terminar el segundo a cabo Especialista, el último mes del curso lo dedicaban a clases prácticas en las Maestranzas de Sevilla o Logroño a donde se desplazaban en un tren especial todos los alumnos y profesores, los radios realizaban estas prácticas en Madrid, en un centro de transmisiones del Ejército de Tierra. También se reservaban seis plazas en cada convocatoria de Ayudante de Ingenieros Aeronáuticos para los Ayudantes de Especialistas que más se distinguían en cada curso.
Los siguientes cursos se fueron convocando anualmente, con el mismo número de plazas y normativa, hasta el traslado de la Escuela a León.
En los tres últimos cursos fue Jefe de Estudios el Comandante Ingeniero Aeronáutico Gil Cacho, especialista en cálculo de estructuras aeronáuticas que trasladó esta inquietud a profesores y alumnos. Entre todos, diseñaron y empezaron a construir una avioneta y un velero al que llamaron «gurripato» que actualmente se halla expuesto en el Museo del Aire de Cuatro Vientos, la construcción de la avioneta se abandonó cuando la Escuela fue trasladada a León y se disolvió el grupo de profesores.
La Escuela participaba en la cabalgata de Reyes, en la procesión de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia de la que es Hermano Mayor honorario el Ejército del Aire y todos los años celebraba la fiesta de la Patrona con el toque de Diana por la banda de cornetas y tambores de la Escuela recorriendo las calles de El Perchel, desayuno extraordinario, Misa en la Catedral con asistencia de las autoridades locales y por la tarde fútbol, toros, teatro y fiesta andaluza todo protagonizado por los alumnos.
Estos actos se repitieron todos los años, aumentando cada vez más las actividades artísticas en el Teatro Cervantes y las deportivas en La Rosaleda y en el Puerto llegando a organizar, en la Patrona de 1945, una gran competición, por especialidades, de Bateles y Traineras patroneados por los alumnos. Las embarcaciones llevaban nombres de barrios:
«Martiricos» de color amarillo, especialidad mecánicos de radio, patrón Juan Arévalo Castillo.
«Gibralfaro» color azul, especialidad mecánicos motoristas, patrón Salvador López Velasco.
«Capuchinos» color verde, especialidad radiogoniometristas, patrón Felipe Ramos Molina.
«La Victoria» color rojo, especialidad armeros artificieros, patrón Luis Prat Sugrañes.
En todos estos actos participaban los malagueños, sobre todo los de «El Perchel», que estaban muy identificados con los «gurripatos» a los que se encontraban todos los días por sus calles bien haciendo instrucción o desplazándose de unas a otras dependencias. También tenían mucho eco en la prensa malagueña que dedica amplios espacios a difundir la importancia de la Escuela, de los Especialistas y de las convocatorias que se hacían.
La revista «Miramar» del diario «Sur» publica un amplio reportaje sobre la importancia de los Especialistas: «(…) existe el factor «especialista» sin el que el avión no tendría la autonomía propia que le es necesaria. Para la formación de este Cuerpo posee el Ejército del Aire una Escuela en Málaga, de la cual salen capacitados para conservar en vuelo los aviones que perfeccionan en paz los hechos que en guerra serán su misión diaria, especialistas que llenan todas las necesidades del material volante(…) la enseñanza se imparte en dos cursos de nueve meses, dos años escolares, en el que el primero es preparatorio y el segundo de especialización y prácticas de taller y motores ya que el lema de la Escuela es «Ni práctica sin teoría ni teoría sin práctica(…)»
También el diario SUR reseñaba en 1948 «Nueva convocatoria para cubrir 250 plazas de especialistas de primera en la Escuela de Málaga, con un compromiso inicial de cuatro años de permanencia en el Ejército del Aire, pudiendo alcanzar la categoría de Alférez (…)».
Desde los primeros años de la instalación de la Escuela en Málaga, dada la provisionalidad y diseminación de sus instalaciones, las autoridades malagueñas intentan proporcionar unas dependencias adecuadas y definitivas. Ya a mediados de octubre de 1941 el alcalde de Málaga se desplaza a Madrid para tratar en los Ministerios del Aire y Hacienda la utilización de la Fábrica de Tabacos para la instalación de la Escuela de Especialistas.
Un año después de inaugurarse la Escuela de Especialistas en Málaga, por Orden publicada en el BOE nº 322 de fecha 28 de noviembre de 1939, fue creada la Academia de Aviación en León, donde debían ser transformados 500 oficiales provisionales y de complemento procedentes de la guerra civil que formarían los primeros oficiales del recién creado Ejercito del Aire. Dadas las adversas condiciones meteorológicas para el vuelo, pronto se pensó en su traslado y con fecha 7-8-43 (BOA nº 94) se crea la Academia General del Aire que empezó a construirse en San Javier (Murcia) a donde fue trasladada la de León en julio de 1949.
Al tener previsto el traslado de la Academia de León a San Javier, se pensó instalar en ellas la Escuela de Especialista, para ello el entonces Coronel-Jefe de la Escuela D. Andrés Grima Álvarez comisiona al Jefe de Estudios comandante Fernández Bobadilla, al alférez Jarén Pavón y al sargento Gutiérrez García para «(…)determinar sobre el terreno el estudio de acoplamiento del aeródromo de León como Escuela de Especialistas, según ordenaba en su oficio nº 2073, Sección 2ª, de 25 de mayo el Director General de Instrucción».
Parece ser que la Jefatura de la Escuela no tiene mucho interés en marcharse a León y es el Director General de Instrucción el que reclama al Jefe de la Escuela el informe del comandante Fernández Bobadilla sobre el «Acoplamiento de pabellones de la Academia de León». Este le contesta el 14 de marzo de 1944 que «(…)no se puede entregar el informe acerca del mismo porque los planos que se recibieron, al efecto, de esa Dirección, no concuerdan, por ser antiguos, con la distribución real de dicha Academia, extremo que, verbalmente, notificó a su superior Autoridad a su paso por Madrid, de regreso de dicha comisión, hallándose en espera de los planos, ya modificados, que ha de remitir el Jefe de los Servicios de Infraestructura de aquella Plaza, significándole que, tan pronto como se reciban los mismos, será emitido por el citado comandante el aludido informe y enviado a V.E.».
Los planos no debieron llegar, y en Málaga no debían tener mucho interés en que llegaran, porque pasados más de dos años, el 28 de septiembre de 1946, el nuevo Jefe de la Escuela, teniente coronel Vara de Rey, envía un informe al Director General de Instrucción titulado «Necesidad de construcción de una Escuela de nueva planta y emplazamiento de la misma» en él sugiere, de forma vedada, que se construya una Escuela de nueva planta en Málaga, en el aeródromo de El Rompedizo, veamos dicho informe: «La Escuela de Especialistas se encuentra en la actualidad en la misma situación de provisionalidad que la improvisación obligó, cuando en el año 1938 fue creada(…)se han venido desarrollando en ella Cursos normales en los que solamente el esfuerzo de Profesores é instructores y la bondad del clima de Málaga han permitido obtener un aceptable resultado(…). A pesar del crecido número de edificios (un total de quince) que forman la Escuela, mezclados entre las casas de todo un barrio, no están atendidas sus necesidades(…) la falta que más se deja sentir es la proximidad a un Aeródromo dotado con el material de vuelo y tierra apropiado(…)».
«Es pues necesaria la instalación de una Escuela de nueva planta dotada de cuantos elementos corresponden a la formación del especialista(…) Es necesario hacer un plan de conjunto bien estudiado empleando cada año el dinero de que se pueda disponer, huyendo desde luego de la adaptación de edificios ya construidos con otra misión(…)Estas son las condiciones fundamentales de la nueva Escuela: Proyecto especialmente trazado para ella y Aeródromo inmediato a su emplazamiento y sobre esto puede considerarse como factor importante la situación de un clima que permita trabajar en los Talleres y especialmente en los hangares en todo tiempo, ya que la enseñanza práctica en condiciones de frío reduce grandemente el rendimiento». Con esta alusión al «factor clima» el Director se decanta claramente por construir una nueva Escuela en Málaga y no su traslado a León con su riguroso y largo invierno.
Este informe una vez recibido por el Director General de Instrucción, aparece con el siguiente párrafo sobrescrito a mano: «Se proyecta trasladar a León ¿ ? y por tanto no ha de tocarse este asunto por ahora».
Efectivamente, el asunto no volvió a tocarse, posiblemente debido a la presión de las Autoridades malagueñas sobre las del Ministerio del Aire, pero de nuevo, a mediados de 1949, cunden los rumores de que la Escuela será trasladada ya que el próximo Curso que ingrese, el 13º, estudiaría el primer año en Málaga y el segundo en León.
En vista de que los rumores parecen confirmarse, el Ayuntamiento en su reunión de 1º de julio de 1949 toma el acuerdo siguiente: «El Sr. Mena se refiere a la intranquilidad producida en el barrio de El Perchel por el rumor de que la Escuela de Especialistas va ser trasladada de Málaga. Estima que el Ayuntamiento debe preocuparse para que continúe en nuestra ciudad, extendiéndose en consideraciones sobre los beneficios que supone para el citado barrio. Termina su intervención rogando al Alcalde Sr. Estrada Segalerva explique las gestiones realizadas por la alcaldía en tal sentido».
«El Sr. Alcalde explica las gestiones realizadas en unión de Excmo. Sr. Gobernador Civil de la provincia desde el año 1947, poco después de la toma de posesión del primer ayuntamiento por él presidido, cerca de los Jefes del Ejército del Aire de esta Plaza, así como del Excmo. Sr. Ministro del Aire que dieron por resultado que haya quedado sin efecto durante dos años la orden de traslado a León de la Escuela citada. Que al surgir nuevamente el rumor ha vuelto a reanudar las gestiones esperando la contestación del Ministro al telegrama que le ha dirigido. Se acuerda dirigir un respetuoso escrito al Excmo. Sr. Ministro del Aire interesando no se lleve a cabo el traslado de la Escuela de Especialistas resaltando el cariño que Málaga tiene a la misma y por el perjuicio que su traslado le causaría».
A pesar de las gestiones realizadas y el interés mostrado por todas las instituciones malagueñas, que lograron retrasar varios años su traslado, la Escuela fue llevada a León donde esperaban las magnificas instalaciones de la Academia de Aviación que por motivos meteorológicos había sido trasladada a San Javier.
Los alumnos del 12º Curso fueron los primeros en llevar los cordones sobre la guerrera y sus profesores la escarapela, tradicionales en todas las academias militares. El 13º Curso estudió el primer año en Málaga y el segundo en León y el 14º Curso aunque realizó el examen de ingreso en Málaga, inició sus estudios en León donde ha permanecido la Escuela más de cuarenta años y continúa actualmente como Academia Básica de Suboficiales, creada en 1992, donde se siguen impartiendo las enseñanzas de los Especialistas mecánicos, montadores y armeros.
El día 4 de abril de 1950 la Escuela participó en su último acto oficial en Málaga, un brillante desfile en el paseo central del Parque y a continuación Misa frente al Ayuntamiento, con motivo del XI Aniversario del final de la Guerra Civil.
Pocos días después, en el BOA nº 40, se convocaban las vacantes de profesores e instructores para la Escuela de León, un mes más tarde se publicaba la lista con los 63 elegidos de las distintas categorías y especialidades, pocos fueron los de Málaga que se atrevieron a cambiar el dulce clima malagueño por el frío leonés.
Una Orden del 10 de junio de 1950 cerraba la Escuela y pocos días después el Sargento García Álvarez entregaba toda la documentación de la Escuela en la Mayoría de León al Mayor Rodríguez Novoa.
En Málaga aún continúa el recuerdo de sus «gurripatos» que se mantiene vivo gracias a la «Asociación Gurripatos de Málaga» a la que pertenecen antiguos alumnos de la Escuela y veteranos del Ejército del Aires que organizan numerosos actos de confraternización varias veces al año. Los últimos han sido la «LII Comida de Hermandad», celebrada el 26-02-06, presidida por el JEMA, General del Aire Excmo. Sr. D. Francisco José García de la Vega y numerosos Generales y Jefes de los tres Ejércitos y la visita, en un avión de transporte del Ejército del Aire, a la Base Aérea de Morón en junio del pasado año.
Escuela de Especialistas de Málaga (2)
El pasado 5 de junio nos visitaron un grupo de sesenta miembros de la Asociación de Veteranos del Ejército de Aire «Gurripatos de Málaga». El término «gurripato» se empleó por primera vez en Málaga para designar a los alumnos de la Escuela de Especialistas y posteriormente se hizo extensivo a todos los soldados que prestaban su servicio militar en el Ejército del Aire en Málaga.
La primera Escuela de Especialistas que se creó en España, en 1915, fue la Escuela de Mecánicos de Aviación de Cuatro Vientos, que &poco a poco se fue ampliando a las demás especialidades aeronáuticas. La 1ª promoción recibió su titulación el 25 de febrero de 1916.
De esta escuela salieron quince promociones de la que formaron parte los mecánicos de los grandes vuelos de la aviación española: Pablo Rada del Plus Ultra, Arozamena, Calvo y Pérez del vuelo a Manila y Madariaga, Quesada y Naranjo del vuelo a Guinea.
Cuando se inició la Guerra Civil, en 1936, Cuatro Vientos quedó junto al frente de guerra, siendo imposible la utilización de su Escuela. Ambos bandos sintieron la urgente necesidad de personal especialista y crearon sendas escuelas: los republicanos en Godella (Valencia) en octubre de 1936 y los nacionales en Tetuán (antiguo Protectorado Español de Marruecos) en febrero de 1937, de forma provisional mientras se estudiaba su definitiva ubicación en la Península. Esta fecha coincide, casualmente, con la toma de Málaga.
El 6 de enero de 1938 el comandante Iglesias Brage es comisionado para que se traslade a Málaga, con el fin de buscar locales para el establecimiento de la Escuela de Especialistas, ya que las instalaciones de Tetuán no reunían las condiciones adecuadas.
Un mes más tarde, el 9 de febrero, coincidiendo con el primer aniversario de la toma de Málaga, se inaugura en el aeródromo de El Rompedizo la Escuela de Tripulantes y Observadores con asistencia de las autoridades militares, civiles y eclesiásticas. Las autoridades aéreas aprovechan este acto para solicitar de las civiles, los locales elegidos por el comandante Iglesias para el establecimiento en Málaga de la Escuela de Especialistas de Aviación.
Las autoridades civiles acogieron con gran interés la petición e inmediatamente ofrecieron todo tipo de colaboración y ayuda. El primer edificio ofrecido, a punto de terminarse su construcción, estaba destinado a la Asociación de Empleados y Obreros Ferroviarios y situado en la calle Cuarteles, en la salida de Málaga hacia el aeródromo. Poco a poco se fueron adaptando otros edificios cercanos para dormitorios, talleres y los bancos de prueba y talleres de forja se instalaron en las naves de antiguas fundiciones situadas en la cercana playa de San Andrés.
Aunque diseminados por las distintas instalaciones, las clases de la 1ª Promoción se iniciaron el 11 de marzo de 1938 con 429 alumnos: 151 mecánicos, 102 montadores, 85 armeros y 91 radios.
Los primeros cursos, de formación intensiva, duraban seis meses y eran impartidos por profesores y con material didáctico y práctico italianos. Los alumnos eran levantados a las cinco de la mañana y no volvían a la cama hasta las once de la noche, una hora para la comida, media para la cena y unos minutos para los cambios de clase.
Con este horario tan agotador, los alumnos no tenían tiempo para salir a la calle, sólo los sábados y domingos por la tarde un par de horas. Entre semana se limitaban a asomarse por las ventanas cuando tenían unos minutos libres, para ver que pasaba por la calle.
Las chicas que eran piropeadas desde las ventanas, con el habitual gracejo malagueño, al verlos asomados comenzaron a comentar que parecían «gurripatos» asomados al nido. Gurripato es la deformación popular malagueña de la palabra gurriato que significa gorrión de pocos días, que todavía no vuela y espera asomado en su nido la llegada de sus padres que le traen la comida.
Al finalizar la Guerra Civil los cursos se ampliaron hasta nueve meses y los horarios dejaron de ser tan intensivos. A partir de 1942 los cursos se redujeron a uno anual con una duración de dos años y así continuó hasta el cierre de la Escuela.
En los tres últimos cursos fue Jefe de Estudios el comandante de Ingenieros Aeronáuticos Gil Cacho, especialista en cálculo de estructuras de aeronaves que trasladó esta inquietud a profesores y alumnos. Entre todos diseñaron y los alumnos empezaron a construir una avioneta y un velero al que bautizaron con el nombre de «Gurripato», el prototipo fue empleado para hacer prácticas en la escuela y el «Gurripato II» se encuentra expuesto en nuestro museo.
El 10 de junio de 1950 se entregaron los Títulos a los alumnos de la 12ª Promoción y la Escuela fue cerrada y trasladada a León. Los alumnos de la 13ª Promoción, que habían terminado el primer curso, continuaron y terminaron sus estudios en León donde todavía continúa la Escuela como Academia Básica del Aire.
Durante los doce años de permanencia de los «gurripatos» en Málaga, se integraron plenamente en todas las actividades artísticas y deportivas, civiles y religiosas que se celebraban en la ciudad. Participaban en la cabalgata de Reyes, en la Semana Santa en la procesión de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia, en festivales taurinos, campeonatos de fútbol y Traineras, festivales de teatro y desfiles militares en los que eran muy aplaudidos.
Trasladada la Escuela a León, los malagueños siguieron aplicando la palabra «gurripato», que había calado muy hondo, a los soldados que hacían el servicio militar en el Ejército del Aire.
En febrero de 1954, un grupo de 17 «gurripatos» que prestaba su servicio militar en Málaga se reunieron en una comida de hermandad y el 28 de febrero de 1956 para celebrar su licencia decidieron ir a comer una vez más a la venta de «El Túnel» un típico y sencillo lugar a las afueras de la capital, cercano al pantano del «Agujero». Allí se propusieron mantener la amistad y acordaron incrementar el grupo haciendo extensiva la invitación a todos los gurripatos licenciados que quisieran incorporarse y reunirse en dicho restaurante el último sábado de febrero de cada año. Desde entonces hasta hoy a esta cita acuden fielmente año tras año más de trescientos veteranos.
La última, celebrada el pasado 23 de febrero, fue presidida por el el Excmo. General señor D. Francisco J. García de la Vega, actual JEMA, acompañado del anterior el Excmo. General señor González Gallarza, gurripato de honor, junto a otros generales y jefes en representación de los tres ejércitos y autoridades civiles malagueñas.
La reconocida trascendencia de esta Asociación ha hecho que sea ésta la que venga desfilando el día 12 de octubre, Día de la Fiesta Nacional, junto al resto de Hermandades y Asociaciones de veteranos de los demás ejércitos en representación de todos los veteranos del Ejército del Aire de España.
Viene siendo habitual que el Ejército del Aire invite a la Asociación de Gurripatos a visitar sus instalaciones. En los últimos años se han visitado las Bases Aéreas de Morón y Zaragoza. Este año ha sido en nuestro Museo, lugar en el que todos quedamos entusiasmados y agradecidos por las atenciones recibidas.
Desde estas páginas, en nombre de nuestro presidente D. Francisco Hidalgo del Valle, agradecemos al coronel director Sr. Kindelán, guías y personal del Museo por las numerosas atenciones recibidas durante la visita y posterior comida de hermandad, quedando con la esperanza de volver a visitarlo, ya que tan amplias y magnificas instalaciones merecen una nueva visita, para poder saborear con detenimiento la historia de nuestro Ejército del Aire.
Bibliografía
Entrevistas con alumnos de casi todas las Promociones, con los que he visitado en numerosas ocasiones el Perchel, paseando con ellos por los lugares donde se encontraban las distintas dependencias de la Escuela. Mi agradecimiento a todos ellos, que a pesar de los achaques propios de su edad, me han acompañado, emocionados, por todo el barrio recordando numerosas anécdotas.
Fuente Vélez, Antonio. «El Rompedizo». Málaga diciembre 1985.
García de la Leña, Cecilio. «Conversaciones históricas malagueñas». Año 1792.
Heredia, Guillermo. «Las fábricas y la ciudad. Málaga 1834-1930». Editorial Arguval. Málaga 2003.
Iglesias Brage, Francisco. «Informe sobre la Escuela de Especialistas». Málaga 1º de agosto de 1938.
Martínez Vara de Rey, Joaquín. «Necesidad de construcción de una Escuela de nueva planta». Málaga 28 de septiembre de 1946.
Santiago, Antonio. «Cien años de historia de las fábricas malagueñas». Editorial Acento Andaluz, Málaga 2001.
Archivo Municipal del Ayuntamiento de Málaga. Actas Capitulares y Hemeroteca.
Archivo Histórico del Ejército del Aire.
Historia del Sector y de la Base Aérea de Málaga.